Adoptar un enfoque estructurado para reducir drásticamente la pérdida y el desperdicio de alimentos
Es sorprendente que casi una quinta parte de todos los alimentos disponibles para los consumidores a nivel mundial se desperdicie, pero un enfoque estructurado como el que se detalla en la próxima norma ISO 20001 podría ayudar a las empresas a reducir significativamente la pérdida y el desperdicio insostenibles de alimentos.
La cifra de una quinta parte del desperdicio de alimentos es una estimación del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y es de vital importancia. Según la organización humanitaria Acción contra el Hambre, se produce en el mundo comida más que suficiente para alimentar a toda la población del planeta, pero aún así 733 millones de personas pasan hambre cada día.
Las empresas y organizaciones que forman parte de la cadena de suministro alimentario quizá no puedan hacer mucho para paliar el hambre causada por las guerras y los desastres naturales, pero sí podrían influir en la pérdida y el desperdicio de alimentos adoptando un enfoque estructurado para abordar el problema en sus propias operaciones y en su cadena de valor. Este enfoque se recoge en la nueva norma ISO 20001, que se encuentra actualmente en fase de elaboración y cuya publicación está prevista para 2027.
Ya existe un requisito en vigor en la FSSC 22000 Version 6. El documento de orientación de la FSSC 22000 sobre la pérdida y el desperdicio de alimentos sitúa la cuestión en el contexto específico del ODS 12 de las Naciones Unidas (Objetivo de Desarrollo Sostenible). También incluye referencias a diversas fuentes que estiman que las pérdidas debidas a la pérdida y el desperdicio de alimentos superan el billón de dólares estadounidenses al año. Establece claramente el contexto de la pérdida y el desperdicio de alimentos, que tienen un claro impacto en la sostenibilidad y en la economía. Sin embargo, la idea es que las empresas podrían beneficiarse de una mayor orientación para que la industria pueda reducir de manera significativa la pérdida y el desperdicio de alimentos actuales.
¿Qué es la pérdida y el desperdicio de alimentos?
Para que las empresas puedan reducir o eliminar la pérdida y el desperdicio de alimentos, es importante distinguir qué es qué.
La pérdida de alimentos se define como aquella que se produce antes de que los alimentos lleguen al consumidor y está causada por factores como la producción y la elaboración o durante el almacenamiento y la distribución. Puede producirse en cualquier punto de la cadena de suministro y puede ser tan simple como dejar algunos cultivos en el campo o que los productos se caigan de los camiones, o bien la calidad visual de los productos (imperfecciones, etc.) puede hacer que no sean vendibles. Otro ejemplo son las malas condiciones de almacenamiento, que pueden hacer que los alimentos no sean aptos para el consumo humano, o los bajos rendimientos en los procesos de transformación, los errores de producción y los desechos, o la incapacidad de determinar el valor de los subproductos reutilizables.
Por otro lado, el desperdicio de alimentos se refiere a los alimentos que serían aptos para el consumo humano, pero que son desechados conscientemente por los puntos de venta al por menor o por los propios consumidores. Esto puede deberse a las fechas de caducidad de los productos, al tamaño de los envases o las porciones, o simplemente a malas prácticas logísticas, como el exceso de pedidos por parte de los minoristas o la decisión de los consumidores de no consumir un producto que han comprado.
La reciente encuesta ViewPoint de DNV reveló que las empresas están intentando utilizarlo para piensos, incluyendo alimentos para mascotas, donaciones a bancos de alimentos para consumo humano, compostaje o, cuando es posible, reutilización en otros productos alimenticios. La destrucción en vertederos es la opción menos atractiva desde el punto de vista de la sostenibilidad y, según la encuesta de DNV, solo el 12 % de los alimentos se desechan de esta manera.
Enfoque estructurado para minimizar la pérdida y el desperdicio de alimentos
La mayoría de las empresas que participan en la cadena alimentaria, desde las granjas hasta los minoristas y restaurantes, han invertido tiempo y esfuerzo en implementar sistemas de gestión de la seguridad alimentaria. En ocasiones, esto puede deberse al cumplimiento de la normativa local, pero en la mayoría de los casos se debe a que es un requisito imprescindible para poder operar o a la mejora económica y de reputación que supone generar confianza en el desempeño en materia de seguridad alimentaria.
La pérdida y el desperdicio de alimentos no se abordan de manera exhaustiva en la norma sobre sistemas de gestión de la seguridad alimentaria, aunque se mencionan en la FSSC 22000. Tampoco es probable que la pérdida y el desperdicio de alimentos sean objeto de una regulación importante, aunque en ocasiones pueda haber conexiones, como en el establecimiento de fechas de caducidad de los productos para minimizar los riesgos para la seguridad alimentaria.
La próxima norma ISO 20001 emplea la misma estructura de alto nivel (HLS) que la mayoría de sus otras normas, por lo que no resultará desconocida para las empresas que ya cumplen con una norma ISO.
Un sistema de gestión de la pérdida y el desperdicio de alimentos puede ayudar a las empresas al proporcionar un marco estructurado para:
- Identificar y medir con precisión la pérdida y el desperdicio de alimentos en toda la cadena de valor.
- Establecer metas y objetivos claros para reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos.
- Adoptar las mejores prácticas y procedimientos estandarizados para minimizar el desperdicio.
- Supervisar continuamente los avances e informar sobre los logros, mejorando la transparencia y la rendición de cuentas.
- Mejorar la eficiencia general y reducir los costos asociados a la pérdida y el desperdicio de alimentos.
- Contribuir a objetivos de sostenibilidad más amplios y mejorar el desempeño en materia de ESG.
Un dato significativo extraído de la encuesta Viewpoint es que, entre las grandes empresas, el 32 % afirma que más del 60 % de la pérdida y el desperdicio de alimentos podría evitarse, y el 35 % de los líderes opina lo mismo. Se trata de una gran noticia, ya que parece indicar que existe la conciencia de que existe un potencial —y, para algunos, considerable— para reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos que genera actualmente la industria. Si bien la norma ISO 22001 actual describe el proceso para identificar los puntos críticos en los que se produce la pérdida y el desperdicio de alimentos, esto se reforzará en la próxima norma ISO 20001, junto con un marco para abordar de forma proactiva la pérdida y el desperdicio de alimentos en beneficio de la empresa y del planeta.